El aceite de oliva se posiciona como la mejor grasa para frenar el envejecimiento prematuro
El envejecimiento es un proceso progresivo y fisiológico que se puede llegar a controlar con la alimentación. Las grasa que incluyamos en la dieta influyen directamente en la composición de las membranas biológicas, incluyendo las membranas mitocondriales, claves en el proceso de envejecimiento.
La disposición altamente antioxidante del aceite es clave para el proceso de envejecimiento ya que la oxidación está vinculada a dicho proceso degenerativo. Existen diversos estudios científicos que evidencian que el consumo diario y constante del AOVE tiene como consecuencia unas membranas mitocondriales mucho menos oxidables, lo que hace que el organismo envejezca mejor.
Debemos entender que el envejecimiento es el proceso natural del ser humano aunque este es heterogéneo, ya que cada ser humano envejece de una forma y a una velocidad diferente. Al envejecimiento se le asocian distintas enfermedades, las cuales incrementan a medida que envejecemos. Principalmente son enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, alteraciones del metabolismo como la Diabetes tipo 2 o neurodegenerativas como el Alzheimer.
En ocasiones, se ve como es difícil asociar ciertos aspectos degenerativos al propio envejecimiento natural del cuerpo o a estas enfermedades que aparecen. El dicho “somos lo que comemos” puede interpretarse literalmente a lo que le salud humana general refiere, ya que las personas bien alimentadas envejecerán mucho mejor que otras con peores hábitos nutricionales.
Como hemos visto, la nutrición es clave para retrasar el envejecimiento.
En uno de los estudios, estudiaron órgano por órgano, cuales eran las diferencias entre animales alimentados con AOVE y aceite de girasol.
En cuanto al hígado, los animales que habían ingerido aceite de girasol presentaron mayor acumulación de grasas y fibrosis hepática. Además, También se observó que estos aumentaron el tamaño de sus mitocondrias, un marcador de daño que está directamente asociado al hinchazón y estrés oxidativo.
Aquellos que consumieron aceite de oliva lograron paralizar la evolución de hígado graso a enfermedades como esteatohepatitis no alcohólica, asociada al envejecimiento.
Fijándonos en el páncreas, las dos patologías más comunes son la pancreatitis y la diabetes mellitus. Tras analizar a los animales, observamos que las grasas polinsaturadas del aceite de girasol provoca inflamación en el páncreas, indicando que que esto conlleva a una resistencia periférica a la insulina, lo cual podría desencadenar en enfermedades diabetes tipo 2.
Al igual que Igualmente, respecto a la salud ósea, observamos que los animales alimentados con AOVE conservan la densidad mineral ósea. La periodontitis es un síntoma de perdida del hueso alveolar, cuya enfermedad está asociada al envejecimiento. Se observó, que los animales alimentados con aceite de girasol o aceite de pescado sufrieron mayores pérdidas de densidad ósea, mientras que los alimentados con AOVE presentaron mejor conservación de su hueso alveolar.
En definitiva, el aceite de oliva es clave y beneficioso para una salud óptima. Este debe ser acompañado de una alimentación equilibrada y saludable para que las propiedades pueden ser aprovechadas por nuestro organismo.
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