El aceite de oliva virgen extra es considerado un básico primordial en la dieta mediterránea. La mejor grasa vegetal cargada de beneficios antioxidantes y antiinflamatorios para cualquier tipo de dieta. En muchas ocasiones, la cultura de la dieta ha priorizado el control calórico sin tener en cuenta la calidad de estas. Debemos tener en cuenta que no es lo mismo ingerir 100 calorías de aceite de oliva virgen extra que 100 calorías de alimentos ultra procesados como pueden ser la bollería, azúcares, pastas refinadas, refrescos, etc, las cuales son calorías vacías.
El aceite, considerado un súper alimento, es un alimento alto en calorías. 100 gramos de aceite de oliva contiene alrededor de 880 calorías, aunque esto dependerá de la variedad de la aceituna y el tipo de aceite. Es muy importante tener en cuenta que las calorías Aceite de Oliva Virgen Extra actuarán en tu organismo de forma favorable, ayudando a tu sistema a realizar mejor ciertas funciones, como la digestión, la absorción de vitaminas, la regeneración celular y el control de la hipertensión arterial, entre otras. Una cucharada de aceite de oliva puede contener acerca de 120 calorías aproximadamente, siendo totalmente recomendable por nutricionistas su consumo diario.
¿Cómo es la grasa presente en el aceite de oliva?
En muchas ocasiones se ha llegado a reducir el consumo de grasas saludables por el temor a «engordar». Durante muchos años se ha achacado a las grasas como la principal culpable de la obesidad, pero no son las grasas las que hacen que nuestro porcentaje graso aumente, si no el superávit calórico que llegamos a tener por nuestro estilo de vida. Dec hecho, las grasas saludables son necesarias y recomendables para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. El superávit calórico es el resultado de quemar menos calorías de las que se consumen, por ello, al llevar una vida activa con ejercicio y deporte, no deberíamos preocuparnos por el control o ingesta de calorías de calidad, simplemente deberíamos basarnos en alimentarnos de forma saludable y equilibrada.
El aceite de oliva contiene ácidos grasos y polifenoles. Dentro de los ácidos grasos, existen dos tipos diferentes, encontramos el ácido oleico y el ácido linoleico:
- Ácido oleico: Por una parte, encontramos el ácido oleico, el cuál forma parte de Omega 9, este ayuda a disminuir el colesterol malo y favorecer la circulación.
- Ácido linoleico: Este forma parte del Omega 6, convirtiéndose en un imprescindible para la regeneración celular, y protegiendo el sistema nervioso y ocular.
- Polifenoles: Son uno de los principales beneficios del aceite de oliva virgen extra por su carácter antiinflamatorio y antioxidante.
¿Por qué aceite de oliva frente a otras grasas?
Dentro de las grasas, encontramos las beneficiosas y las perjudiciales. Las beneficiosas son las monoinsaturadas y las poliinsaturadas, mientras que las perjudiciales son las saturadas y las trans.
Teniendo en cuenta las grasas beneficiosas, al comparar el aceite de oliva frente a otras grasas como la mantequilla o la margarina, observamos que el aceite de oliva presenta un altísimo porcentaje de grasa monoinsaturada, la recomendable. Esta reduce el colesterol malo, controla el azúcar y ayuda a las células a desarrollarse. Mientras que el aceite de oliva tiene un 75% aproximado de grasas monoinsaturadas, alimentos como la mantequilla y la margarina tienen alrededor entre un 20%/25%, una cantidad mucho menor.
Por otro lado, encontramos los ácidos grasos poliinsaturados. Estos están presentes en el Omega 3 y el Omega 6. Ambos son necesarios para el cuerpo pero nuestro organismo no los produce, es por ello que para poder aprovecharlos debemos consumir alimentos que lo contengan. En este caso, el aceite de oliva virgen extra se posiciona como el más recomendable, ya que el porcentaje de estos grasas en alimentos como la mantequilla sigue siendo muy inferior en comparación con el AOVE.
